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"A través del borde de mi ropa interior, trazó la línea de mis labios mayores, casi haciendo que me viniera en el momento. Debe haber sentido la descarga de corriente que corrió́ por mi sistema cuando me tocó, tiene que haberla sentido…” – Todo está en las manos Si te gusta explorar tus límites sexuales y llevarlos más allá, estos relatos calientes están hechos para ti. Estos relatos te hacen participar de un trío en un club erótico así como seguir de cerca a una mujer deseosa que se arquea de placer entre manos expertas. De pronto, aparecerás en medio de una fantasía de ninfas y faunos.

“Me arrodillé en los azulejos calentados por el sol y la arrimé al borde de la hamaca antes de hundir mi cara entre sus muslos. Tenía un sabor maravilloso de mujer, y sus pequeños movimientos contra mi cara confirmaron que estaba disfrutando con lo que le estaba haciendo.” –En el baño con la Sra. Nielsen. Ligues que nadie imaginaba, arrebatos de lujuria que saltan las convenciones sociales, fiestas donde el deseo es lo importante, juegos de roles... Siempre con mujeres decididas a tomar la iniciativa. Esto es lo que nos espera en cada uno de los relatos cortos de esta compilación.

Cada noche, después del trabajo, Anne llega a un departamento vacío, pero es donde se siente más viva. Ella observa los movimientos de un chef joven y sexy en su reality show favorito. Estudia el modo en que él trabaja la masa y prepara la comida con suma atención y cuidado. Se pregunta si él la trataría con tanto esmero. Ella imagina sus dedos dentro de su ropa interior. Cuando tiene la oportunidad de conocerlo en la vida real, hace todo lo que está en su poder para seducirlo.

Pasaron tantos años, e igual, la periodista freelance parisina no puede evitar pensar en su antiguo profesor cada vez que termina un artículo. Piensa en las horas imposibles de olvidar que pasó en su oficina, cómo la tomaba en su escritorio, deslizándose lentamente dentro de ella, haciendo que se mojara más de lo que lo hubiera estado nunca.

"Barcelona es una ciudad grande. Sólo conozco a los colegas de mi nuevo trabajo. Ellos fueron los que me comentaron sobre la piscina local. En la otra piscina, hay una persona: un hombre dando brazadas de un lado al otro. Me sumerjo y abro los ojos bajo el agua. El hombre está en forma y es musculoso. Sus nalgas se aprietan cuando sus piernas patalean en el agua. Asomo mi cabeza sobre el agua nuevamente y me sujeto al borde de la piscina con una mano. Cuando él se aleja de mi, deslizo mi mano entre mis piernas."

"Este hotel tiene algo especial que, hasta donde yo sé, ningún otro hotel lo tiene y que es exclusivo para sus más poderosos clientes. Se llama SALA DE JUEGOS. Es un lugar donde puedes pagar por ser el voyeur de una pareja teniendo sexo. Los huéspedes del hotel también pueden tener sexo entre ellos en esa sala. El rasgo singular y excitante es que hay un par de ojos al otro lado de la pared observando a través de una ventanilla que se cierra en cuanto el sexo acaba."

"Me hago un moño y encuentro los ingredientes para hacer un pastel de cumpleaños con piña, macarrones y mazapán. La piña le añade un sabor delicioso cuando le hago una mamada, a diferencia de otras cosas como los espárragos. Me gusta que sepa rico cuando lo trago."

Ese no es el tipo de mensaje de texto que deberías recibir justo antes de entrar en una reunión importante con tu jefe. ¿Cómo se supone que podrás discutir un aumento de sueldo cuando todo lo que puedes hacer es sonreír al pensar en los potentes orgasmos que tuviste con tu antiguo jefe, quien de pronto acaba de contactarte nuevamente? Es increíble cómo un simple mensaje puede poner tu mundo patas para arriba.

"Cinco hombres que vestían pantalones peludos y extrañas máscaras de animales saltaban de un lado a otro. Las máscaras se parecían a las que se les pone a los grandes perros para evitar que muerdan. También funcionaban a la perfección como disfraz: el disfraz de un fauno. Era mi fantasía de ninfa. Se había vuelto realidad."

Este relato corto se publica en colaboración con la productora fílmica sueca, Erika Lust. Su intención es representar la naturaleza y diversidad humana a través de historias de pasión, intimidad, seducción y amor, en una fusión de historias poderosas con erótica.

"Ahora tengo orgasmos tan seguido como puedo en mi tiempo libre, cada vez que el deseo ataca y cuando tengo dinero. No hay necesidad de pensar. Mi amo sabe lo que me gusta. Él hace todo lo que se he anhelado por tanto tiempo. Él me corrige, me ata y me golpea, me somete. A él le gusta su trabajo. Sé que es así. Él también ha tenido orgasmos las últimas pocas veces que estuve allí. El panfleto de la clínica no menciona ese detalle. No acabó cuando vine aquí por primera vez. No debe tener suficiente energía, con todos esos clientes."

La cita es en un extraño bar. Un detective privado en apuros accedió a conocer a un nuevo cliente: una joven mujer. No se cree su triste historia ni por un minuto, pero ella es lo suficientemente sensual para que él acepte la mentira. Quién sabe si la sexy cliente no tiene otras cosas en mente...

""¿Estás listo?" me preguntas en un tono de voz mucho más suave, con una sonrisa que me permite vislumbrar a mi chica. Al darte vuelta, deslizas tus manos por tus nalgas. No puedo evitar tocarme. Vuelves a girar y mueves tus caderas en un baile sensual al ir abriendo tu body. Lo subes un poco para dejarme entrever tu vagina pequeña y depilada. Me estiro para alcanzarla, pero me golpeas la mano. Te montas sobre mí, chupas tus dedos índice, medio y anular, y los llevas entre tus piernas hacia la zona donde tú estás y ahora yo también estoy. Luego te sientas."

"... con solo verlo me sentía confundida y mareada. Guiada por un impulso repentino, me quité el vestido por sobre la cabeza y lo arrojé al piso. Mis pantaletas estaban húmedas con sudor y deseo. Las empujé hacia abajo y acabaron amontonadas junto al vestido. El vidrio de la ventana se sentía helado contra mis pechos desnudos, y la tensión aumentaba en el centro de mi cuerpo. Todos mis pensamientos giraban en torno al cuerpo de este joven, sus experimentados movimientos y sus poderosos músculos."

Cuando luego de tu fiesta de cumpleaños número treinta en lo único que puedes pensar es en cuánto necesitas una buena cogida, es hora de hacer algo al respecto. Missy no puede esperar más. Quiere sexo, incluso si no es nada más que eso. Quiere sexo apasionado y lo quiere ahora mismo. Vende su regalo de cumpleaños más caro y pide un taxi. Su próximo destino es su primer match en Tinder.

"Apoya su pie en el piso y apaga el motor, y cuando repentinamente se quita el casco y sacude su cabello rubio hasta los hombros, me siento como hipnotizada. Un escalofrío me recorre la columna. El impulso de levantar la mirada es demasiado poderoso como para resistirlo, y lo hago sin vacilación. Cuando mi mirada se encuentra con la suya, una oleada de electricidad me recorre el cuerpo. Me olvido por completo de respirar, y recién cuando mis pulmones empiezan a protestar tomo una bocanada de aire."

Henry es empleado de una plataforma de perforación en el Mar del Norte. Trabaja 12 horas consecutivas al día, todos los días, durante 14 días. Tras dos semanas, regresa al continente para tomar un descanso y pasar tiempo con sus amigos y colegas solteros. Pasa las noches con mujeres, complaciéndolas y dando rienda suelta a sus emociones. Por la mañana, les dice adiós. Tiene una regla simple: una nueva mujer cada noche. Solo hace una excepción. Se llama Clara.

"Apenas podía mantenerme de pie por como temblaba todo mi cuerpo. Estoy segura de que lo notó, porque me aferró fuerte mientras rodeaba mi otro pezón con su boca y su lengua. Estaba en grave peligro de estallar ya en un orgasmo. Me soltó justo antes de que eso pase y tuve que hacer un esfuerzo para recuperar el equilibrio, agarrándome de la silla que estaba detrás de mí. El doctor Andersen se había volteado hacia su escritorio, pero dijo por encima de su hombro: "Póngase cómoda." He notado que sus pezones están funcionando muy bien y que son muy sensibles. Me monté en la silla ginecológica."

"Había conseguido controlarme un poco cuando, luego de más o menos cinco minutos, ella apareció en la puerta de la habitación. Con el cabello suelto. Sin lentes. Labios rojos. Y un body de encaje que revelaba que no tenía nada debajo de él y que el resto de su cuerpo combinaba a la perfección con el trasero firme que había visto antes. Como un rasgo adicional fetichista, había puesto dos cintas negras en cruz sobre sus pezones."

Jenny decide - a regañadientes - vender su casa flotante para poder financiar su proyecto de investigación antropológica en Malasia. Al principio no aparecen compradores, pero un día, mientras ella está fuera pintando el barco, llega un hombre bien vestido para echar un vistazo al barco. Pero no es el barco lo único que admira... Parece genuinamente interesado, y Jenny pronto nota que está más interesada en su cuerpo que en su dinero.